Con los ojos cerrados empecé a escuchar las nubes, fueron tan fuertes sus gritos que abrí uno a uno por el temor de la luz. La sorpresa fue infinita cuando tu imagen pasaba enfrente de mi.
"La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz". - Jorge Luis Borges
viernes, 28 de noviembre de 2014
miércoles, 30 de julio de 2014
No es nostalgia, es solo que te extraño...amor no tan mío.
El Futuro, Julio Cortázar
Y sé muy bien que no estarás.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en la calle,
en el murmullo que brota de noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia
los completos de los subtes,
ni en los libros prestados
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.
en el destino original
de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré amor mío,
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás,
y diré las palabras que se dicen
y comeré las cosas que se comen
y soñaré las cosas que se sueñan
y sé muy bien que no estarás,
ni aquí adentro, la cárcel
donde aún te retengo,
ni allí fuera, este río de calles
y de puentes.
No estarás para nada,
no serás ni recuerdo,
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente
trata de acordarse de ti.
martes, 29 de julio de 2014
De Sor Juana Inés de la Cruz
Amor Importuno
Dos dudas en que escoger
Tengo, y no se a cual prefiera,
Pues vos sentís que no quiera
Y yo sintiera querer.
Con que si a cualquiera lado
Quiero inclinarme, es forzoso
Quedando el uno gustoso
Que otro quede disgustado.
Si daros gusto me ordena
La obligación, es injusto
Que por daros a vos gusto
Haya yo de tener pena.
Y no juzgo que habrá quien
Apruebe sentencia tal,
Como que me trate mal
Por trataros a vos bien.
Mas por otra parte siento
Que es también mucho rigor
Que lo que os debo en amor
Pague en aborrecimiento.
Y aun irracional parece
Este rigor, pues se infiere,
Si aborrezco a quien me quiere
¿qué haré con quien aborrezco?
No se como despacharos,
Pues hallo al determinarme
Que amaros es disgustarme
Y no amaros disgustaros;
Pero dar un medio justo
En estas dudas pretendo,
Pues no queriendo, os ofendo,
Y queriéndoos me disgusto.
Y sea esta la sentencia,
Porque no os podáis quejar,
Que entre aborrecer y amar
Se parta la diferencia,
De modo que entre el rigor
Y el llegar a querer bien,
Ni vos encontréis desdén
Ni yo pueda encontrar amor.
Esto el discurso aconseja,
Pues con esta conveniencia
Ni yo quedo con violencia
Ni vos os partís con queja.
Y que estaremos infiero
Gustosos con lo que ofrezco;
Vos de ver que no aborrezco,
Yo de saber que no quiero.
Sólo este medio es bastante
A ajustarnos, si os contenta,
Que vos me logréis atenta
Sin que yo pase a lo amante,
Y así quedo en mi entender
Esta vez bien con los dos;
Con agradecer, con vos;
Conmigo, con no querer.
Que aunque a nadie llega a darse
En este gusto cumplido,
Ver que es igual el partido
Servirá de resignarse.
Dos dudas en que escoger
Tengo, y no se a cual prefiera,
Pues vos sentís que no quiera
Y yo sintiera querer.
Con que si a cualquiera lado
Quiero inclinarme, es forzoso
Quedando el uno gustoso
Que otro quede disgustado.
Si daros gusto me ordena
La obligación, es injusto
Que por daros a vos gusto
Haya yo de tener pena.
Y no juzgo que habrá quien
Apruebe sentencia tal,
Como que me trate mal
Por trataros a vos bien.
Mas por otra parte siento
Que es también mucho rigor
Que lo que os debo en amor
Pague en aborrecimiento.
Y aun irracional parece
Este rigor, pues se infiere,
Si aborrezco a quien me quiere
¿qué haré con quien aborrezco?
No se como despacharos,
Pues hallo al determinarme
Que amaros es disgustarme
Y no amaros disgustaros;
Pero dar un medio justo
En estas dudas pretendo,
Pues no queriendo, os ofendo,
Y queriéndoos me disgusto.
Y sea esta la sentencia,
Porque no os podáis quejar,
Que entre aborrecer y amar
Se parta la diferencia,
De modo que entre el rigor
Y el llegar a querer bien,
Ni vos encontréis desdén
Ni yo pueda encontrar amor.
Esto el discurso aconseja,
Pues con esta conveniencia
Ni yo quedo con violencia
Ni vos os partís con queja.
Y que estaremos infiero
Gustosos con lo que ofrezco;
Vos de ver que no aborrezco,
Yo de saber que no quiero.
Sólo este medio es bastante
A ajustarnos, si os contenta,
Que vos me logréis atenta
Sin que yo pase a lo amante,
Y así quedo en mi entender
Esta vez bien con los dos;
Con agradecer, con vos;
Conmigo, con no querer.
Que aunque a nadie llega a darse
En este gusto cumplido,
Ver que es igual el partido
Servirá de resignarse.
Me he vuelto a encontrar a Francis Ponge
El agua se me escapa... se me escurre entre los dedos. ¡Y no sólo eso! Ni siquiera resulta tan limpia (como un lagarto o una rana): me deja huellas en las manos, manchas que tardan relativamente mucho en desaparecer o que tengo que secar. Se me escapa, y sin embargo me marca; y poca cosa puedo hacer en contra.
Francis Ponge, “El agua” (versión de J. L. Borges)
http://www.revistadelauniversidad.unam.mx/articulo.php?publicacion=14&art=308&sec=Columnistas
jueves, 3 de abril de 2014
Frases...
http://mexico.cnn.com/entretenimiento/2014/03/31/100-frases-de-octavio-paz-para-celebrar-100-anos-de-poemas-ensayos-y-mas
miércoles, 2 de abril de 2014
Entre tareas y felicitaciones, encuentro un excelente trabajo y se doy a conocer
La vinculación entre literatura y movimientos
sociales se ha producido en Hispanoamérica desde fechas muy tempranas. La
revolución mexicana, que inició al finalizar la primera década del siglo XX,
fue el acontecimiento que provocó la aparición de un sinnúmero de obras
extraordinarias. El inicio del fenómeno literario fue muy próximo al estallido
del gran levantamiento y continuó, incluso hasta nuestros días. Prueba de ello
son obras, como las de José Revueltas, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska o Paco
Ignacio Taibo II. En 1941 Ernest Moore documentó la existencia de 300 novelas;
la cifra sigue aumentando.
Los de abajo, publicada en forma de folletín
en un periódico de El Paso (El Paso del Norte) y como libro el siguiente
año
(1916), es la obra más significativa del
jalisciense Mariano Azuela. Según Seymour Menton, Los de abajo se encuentra entre las mejores novelas mexicanas del
siglo XX[1].
Sin duda, Azuela rompió con el paradigma literario de la época, pues no sólo
fue la primera novela revolucionaria, sino que también innovó gracias a la
técnica con la que plasmó la realidad. A pesar de que podría considerarse como
una novela distópica, Azuela no se aleja de la funesta realidad que atravesaba
la sociedad mexicana durante la Revolución; “una explosión de la realidad”,
como la denominó Octavio Paz[2].
Es precisamente a partir de la sociedad de donde partiremos para realizar este
análisis.
La novela nos narra a través
de un narrador omnisciente, que es Azuela,
la historia de Demetrio Macías, un hombre de pueblo que es sustraído por
el huracán revolucionario. Desde la primera página se desarrolla la acción con
un desafortunado suceso, el cual termina por desencadenar el porvenir del
protagonista: la vida del guerrillero solidario con los humillados, con los de
abajo. Al igual que novelas posteriores como La muerte de Artemio Cruz o Los
relámpagos de agosto, la novela de Azuela es una crítica a los verdaderos
ideales que predominaron durante la Revolución: la ambición y el bienestar
propio.
Por un lado, Zum
Felde afirma que el funcionamiento intelectual latinoamericano, como el ensayo
y la novela, está vinculado a su realidad sociológica. La única diferencia
entre estos géneros literarios prevalece en las formas.[3]
Por otro lado, para Dessau, “mediante la ontología nacional se elimina toda
diferencia de clases”[4],
pues el carácter del mexicano es la consecuencia de un destino histórico
superior a su voluntad. Desde la clase obrera hasta la burguesía comparten la
susceptibilidad y el individualismo; reacción instintiva frente al complejo de
inferioridad. Samuel Ramos comparte el mismo planteamiento:
Sostengo
que algunas expresiones del carácter mexicano son maneras de compensar un
sentimiento inconsciente de inferioridad […] Encontré un tipo popular, “el
pelado”, cuyo comportamiento para compensar el sentido de inferioridad
corresponde con exactitud, a lo que Adler ha llamado “la protesta viril” […]
Por otra parte, en un numeroso grupo de individuos que pertenecen a todas las
clases sociales se observan rasgos de carácter como la desconfianza, la
agresividad y la susceptibilidad, que sin duda obedecen a una misma causa.[5]
Es por ello que podemos considerar
que la novela revolucionaria es un análisis de la sociedad mexicana desde el
escepticismo y el desengaño. Una crítica a la dicotomía civilización-barbarie. A
pesar de tantas guerras civiles, la situación se mantiene; pareciera que el
infortunio es inherente a la mexicanidad. Sin embargo, para bien o para mal, siempre
olvidamos las desgracias y volvemos al eterno conflicto de que la palabra de
cada mexicano siempre será la ley. La tregua perdura hasta que oigamos ladrar
los perros.
BIBLIOGRAFÍA
AZUELA,
Mariano. Los de abajo. México: CFE,
2002.
DESSAU,
Adalbert. La novela de la Revolución
Mexicana. México: FCE, 1972.
FELDE,
Zum. Índice crítico de la literatura
hispanoamericana: la ensayística. México:
Guarania, 1954.
MENTON,
Seymour. La novela colombiana: planetas y
satélites. México: FCE, 2007.
PAZ, Octavio. El
laberinto de la soledad. Madrid: Cátedra, 2003.
RAMOS,
Samuel. El perfil del hombre y la cultura
en México. México: Espasa, 2005.
BIBLIOGRAFÍA ADICIONAL
FRANCO,
Jean. Lectura sociocrítica de la obra
novelística de Agustín Yáñez. México: UNED,
1988.
RAMA,
Ángel. Transculturación narrativa en
América Latina. México: Siglo XXI, 2004.
[1] Cf. Seymour Menton. La novela
colombiana: planetas y satélites. México: FCE, 2007. p. 159
[2] Cf. Octavio Paz. El laberinto de la soledad. Madrid: Cátedra, 2003.
p.127.
[3] Cf. Zum Felde. Índice crítico
de la literatura hispanoamericana: la ensayística. México, Guarania, 1954.
p. 9.
[4] Cf. Adalbert Dessau. La
novela de la Revolución Mexicana. México: FCE, 1972. p. 97.
[5] Cf. Samuel Ramos. El perfil
del hombre y la cultura en México. México: Espasa, 2005. pp. 14-15.
jueves, 27 de marzo de 2014
sábado, 15 de febrero de 2014
Mi padre
Mi padre
Yo tengo en el hogar un soberano,
único a quien venera el alma mía;
es su corona su cabello cano,
la honra su ley y la virtud su guía.
Yo tengo en el hogar un soberano,
único a quien venera el alma mía;
es su corona su cabello cano,
la honra su ley y la virtud su guía.
En lentas horas de miseria y duelo,
lleno de firme y varonil constancia,
guarda la fé con que me habló del cielo
en las horas primeras de mi infancia.
lleno de firme y varonil constancia,
guarda la fé con que me habló del cielo
en las horas primeras de mi infancia.
La amarga proscripción y la tristeza
en su alma abrieron incurable herida;
es un anciano, y lleva en su cabeza
el polvo del camino de la vida.
en su alma abrieron incurable herida;
es un anciano, y lleva en su cabeza
el polvo del camino de la vida.
Ve del mundo las fieras tempestades,
de la suerte las horas desgraciadas,
y pasa, como cristo el Tiberiades,
de pie sobre las ondas encrespadas.
de la suerte las horas desgraciadas,
y pasa, como cristo el Tiberiades,
de pie sobre las ondas encrespadas.
Seca su llanto, calla sus dolores,
y sólo en el deber sus ojos fijos,
recoge espinas y derrama flores
sobre la senda que trazó a sus hijos.
y sólo en el deber sus ojos fijos,
recoge espinas y derrama flores
sobre la senda que trazó a sus hijos.
Me ha dicho: "A quien es bueno, la amargura
jamás en llanto sus mejillas moja:
en el mundo la flor de la ventura
al mas ligero soplo se dehoja.
jamás en llanto sus mejillas moja:
en el mundo la flor de la ventura
al mas ligero soplo se dehoja.
"Haz el bien sin temer al sacrificio,
el hombre ha de luchar sereno y fuerte,
y halla quien odia la maldad y el vicio
un tálamo de rosas en la muerte.
el hombre ha de luchar sereno y fuerte,
y halla quien odia la maldad y el vicio
un tálamo de rosas en la muerte.
"Si eres pobre confórmate y sé bueno;
si eres rico protege al desgraciado,
y lo mismo en tu hogar que en el ajeno
guarda tu honor para vivir honrado."
si eres rico protege al desgraciado,
y lo mismo en tu hogar que en el ajeno
guarda tu honor para vivir honrado."
"Ama la libertad, libre es el hombre
y su juez más severo es la conciencia;
tanto como tu honor guarda tu nombre,
pues mi nombre y mi honor forman tu herencia".
y su juez más severo es la conciencia;
tanto como tu honor guarda tu nombre,
pues mi nombre y mi honor forman tu herencia".
Este código augusto, en mi alma pudo
desde que lo escuché, quedar grabado;
en todas las tormentas fue mi escudo,
de todas las borrascas me ha salvado.
desde que lo escuché, quedar grabado;
en todas las tormentas fue mi escudo,
de todas las borrascas me ha salvado.
Mi padre tiene en su mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada;
¡cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!
reflejo fiel de su conciencia honrada;
¡cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!
La nobleza del alma es su nobleza;
la gloria del deber forma su gloria;
es pobre, pero encierra su pobreza
la página más grande de su historia.
la gloria del deber forma su gloria;
es pobre, pero encierra su pobreza
la página más grande de su historia.
Siendo el culto de mi alma su cariño,
la suerte quiso que al honrar su nombre,
fuera el amor que me inspiró de niño
la más sagrada inspiración del hombre.
la suerte quiso que al honrar su nombre,
fuera el amor que me inspiró de niño
la más sagrada inspiración del hombre.
Quiera el cielo que el canto que me inspira
siempre sus ojos con amor lo vean,
y de todos los versos de mi lira
éstos los dignos de su nombre sean.
siempre sus ojos con amor lo vean,
y de todos los versos de mi lira
éstos los dignos de su nombre sean.
Juan de Dios Peza
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